lunes, 29 de junio de 2009

DEFORESTACION






La deforestación es el proceso de desaparición de los bosques o masas forestales, fundamentalmente causada por la actividad humana, tala o quema de árboles accidental o provocada. Está directamente causada por la acción del hombre sobre la naturaleza, principalmente debido a las talas realizadas por la industria maderera, así como para la obtención de suelo para la agricultura.



En los países más desarrollados se producen otras agresiones, como la
lluvia ácida, que comprometen la supervivencia de los bosques, situación que se pretende controlar mediante la exigencia de requisitos de calidad para los combustibles, como la limitación del contenido de azufre.



En los países menos desarrollados las masas boscosas se reducen año tras año, mientras que en los países industrializados se están recuperando debido a las presiones sociales, reconvirtiéndose los bosques en atractivos turísticos y lugares de esparcimiento.



Mientras que la tala de árboles de la pluviselva tropical h
a atraído más atención, los bosques secos tropicales se están perdiendo en una tasa substancialmente mayor, sobre todo como resultado de las técnicas utilizadas de tala y quema para ser reemplazadas por cultivos. La pérdida de biodiversidad se correlaciona generalmente con la tala de árboles.






Si no se frena el ritmo de deforestación que hasta ahora hay, es indudable que el futuro de los bosques tropicales está en serio peligro, incluyendo todo lo que contienen y los efectos que producen sobre el resto del planeta.



Anualmente
el hombre desmantela cerca de 16 millones de hectáreas de bosque al año, con especial incidencia en los bosques tropicales (12 millones de hectáreas al año), un área equivalente a Perú y Paraguay ha desaparecido en la última década. Como causas principales están la deforestación, la reconversión a otros usos de la tierra, la sobreexplotación de productos forestales, la minería, la creación de infraestructuras, las malas técnicas de tala, y los incendios. Además la creación de la Ruta Transamazónica ha destruido el hábitat de cientos de especies y facilita el acceso humano intensificándose así la deforestación que el hombre causa.



El mayor peligro es la explotación comercial para fabricar
productos derivados de la madera como por ejemplo: muebles, ventanas, puertas y sus marcos, parqués, escaleras, cercados, paneles, ebanistería, carpintería interior y exterior, construcción naval, decoración en general, molduras, rodapiés, embalajes, papel... La mayoría de la tala se hace de forma ilegal. En 1998 en la Cumbre de Río se crearon una serie de acuerdos que procuran proteger estos bosques y recientemente los países del G-8 adoptaron compromisos para promover una gestión forestal sostenible. Sin embargo estos intentos se ven frustrados por la tala y comercio ilegal madera y otros productos forestales; la tala y comercio ilegales están en continuo aumento en todo el mundo. Dependiendo de las zonas se calcula que el porcentaje de madera extraída y transportada ilegalmente está entre el 20 y el 80%. Algunos expertos prevén que para el 2025 podrían no quedar bosques en las Islas Filipinas debido a las talas ilegales. En la Amazonia brasileña la tala ilegal llega a ser la norma en vez de la excepción. El G-8, como ya hemos dicho se compromete a luchar contra las talas ilegales pero por otro lado, los países que lo integran importan grandes cantidades de productos forestales desde lugares donde la tala y comercio ilegal son habituales. La gestión forestal sostenible que se intenta llevar a cabo se ve amenazada por la producción y comercio ilegal de productos forestales Esta es la mayor amenaza para los bosques primarios de todo el mundo afectando al 70% de las fronteras forestales amenazadas. De esta forma podemos ver que la posibilidad de llevar a cabo una gestión forestal sostenible es muy difícil. Parte de las actividades ilegales en el comercio de madera son: cortas ilegales, cortas por encima de la posibilidad autorizada en la concesión de madera o infracciones en el permiso de corta concedido, cortas en áreas protegidas por su interés ambiental o por ser vivienda de pueblos indígenas (como reservas forestales, zonas de grandes pendientes o riberas de los ríos), cortas de árboles menores o mayores que el tamaño permitido, cortas de especies no incluidas en la autorización, infravaloración de las medidas de los diámetros de los troncos por debajo de las medidas reales así como una defectuosa determinación de las especies, reducción del valor de la madera en la declaración del importe de madera extraída de las concesiones evitando así el pago de parte de los impuestos y de los derechos de corta... Diferentes casos estudiados en 1998 fueron de importaciones ilegales de especies CITES, importaciones de troncos cortados ilegalmente, con un diámetro inferior al autorizado, comercio de madera ilegal de la Amazonia e Indonesia. El estudio del comercio ilegal de madera ilegal de la Amazonia llevo a la conclusión de que el 80% de las cortas son ilegales, hay varios casos de empresas de países de G-8 que comercian con empresas que compran regularmente troncos ilegales. En 1998 estas empresas llevaron a cabo el 86’7% de las exportaciones de la Amazonia, algunas de estas empresas son la japonesa "Eidai" y la francesa "El dorado".El volumen de troncos ilegales descubierto sería mucho mayor si las estructuras de investigación fueran más fuertes, el IBAMA solo puede controlar un 10% de las extracciones de la Amazonia.


Ciertas empresas indonesias y malayas tienen un papel muy activo en Surinam, y explotan superficies muy importantes, incluso tras la negativa a tres concesiones especialmente grandes (1’1 millones de hectáreas cada una) que pretendían conseguir, controlan 1’4 millones de hectáreas de los bosques del país (una superficie mayor que la de Gambia) entre las tres.



Según cifras oficiales, los estados brasileños de Amazonas y Pará exportaron un total de 368.757.166 de dólares en madera y productos de madera, sin embargo de las 818 empresas madereras que se cree que están presentes en estos dos estados, las diez mayores TNC exportadoras (que representan un 1% de las empresas presentes) realizaron más del 40% que las
exportaciones totales de la zona.
Las actividades de
exportación de Pará, Amazonas y Belice, han ido aumentando mucho. Antes de 1990 las operaciones de explotación forestal a pequeña escala en unas 2’4 millones de hectáreas generaron unos 200.000 m3 de troncos al año. En 1993 se fueron 7’1 millones de hectáreas. En Surinam se multiplicaron en 2’4 millones de hectáreas entre 1990 y 1998. En Brasil la contribución de la zona amazónica a la producción de madera total del país ha aumentado de un 14% que era hasta un 85% en las dos últimas décadas.

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